Escrito para la clase Comunicación Audiovisual, septiembre 2012
"Cine, cine, cine...más cine por favor,
que todo en la vida es cine, y los sueños cine son."
El cine es la realidad y el sueño. El calor en
los fríos días de lluvia y la granizada de una tarde de agosto. El cine para mí
es la via de escape, el reflejo de las pasiones humanas, el encontrarse en cada
historia, en cada personaje. El cine es ese sueño que permanece incluso después
de haber despertado, ese sueño que al finalizar la película te acompaña durante
todo el día; en la universidad, en las charlas con tus amigos, en las comidas
en el metro. El cine es el llanto y la risa, la amenaza que no podrá con el
teatro pero que embaucó miles de corazones, entre ellos el mío. El cine es la
búsqueda de Hitchcock en cada una de sus películas, es la elegancia de
cualquier interpretación de Cary Grant, es la Nouvelle Vague y querer encontrar
cualquier homenaje a una de Godard. El cine son cada una de las tardes de calor
en las que veía con mi padre un western por aburrimiento y acababa cogiéndole
el punto. Es amar y odiar a partes iguales, tener claro qué es lo que realmente
no te gusta. El cine es saber sacarle cosas buenas a cada metraje. El cine
acompaña la banda sonora de mi vida, pone letra y ritmo a la rutina y a los
momentos de no hacer nada, lo más complejo y simple que me forma, lo que más me
ha enseñado, lo que ni en el colegio encontré y uno de las cosas que más se
pueden disfrutar solo o en compañía. Desde la belleza personal de Igrid Berman
hasta el ''charme'' de Marion Cotillard, desde un impecable Paul Newman hasta
un educadísimo señor Colin Firth. Es saber decir que no a una película de Julio
Medem hasta un ''recibir con los brazos abiertos'' cualquiera del neurótico
Woody Allen. Es la ilusión del primer amor y, para mí, también del último. Porque el cine es saber que el amor no
sólo dura tres años.